Compartir

Y saber que existen muchos otros casos mas…

La adicción a las drogas es algo muy difícil de superar, pero Rachael Kinder logró hacerlo. Tras casi diez años enganchada a la heroína, mediante una combinación de ayuda psicológica y metadona (el fármaco para ayudar a la recuperación), de a poco consiguió recomponer su vida, encontró una pareja estable y a los 27 años se quedó embarazada.

Estaba tan asustada“, confesó en una entrevista con People. “Sabía que tenía que seguir consumiendo metadona durante todo mi embarazo, y nadie quiere que su bebé sufra”, lamentó.

Sus miedos se confirmaron cuando su hijo, Kyrie Hickey, nació con el síndrome de abstinencia neonatal. Es posible que los bebés de mamás que consumieron opiáceos durante el embarazo padezcan esta condición. En Estados Unidos le ocurre a 7 de cada mil nacimientos.

Este grupo de problemas se puede presentar cuando una mujer embarazada toma drogas como la heroína, la codeína, la oxicodona, la metadona o la buprenorfina. Éstas y otras sustancias atraviesan la placenta que conecta al bebé con su madre en el útero y el feto se vuelve dependiente de ellas, al igual que la mamá.

Debido a que el bebé no recibe la droga después del nacimiento, se pueden presentar síntomas de abstinencia conforme el sistema del bebé la elimina lentamente. Algunos de ellos son coloración en manchas de la piel, diarrea, llanto excesivo, succión excesiva, fiebre, reflejos hiperactivos, respiración rápida, convulsiones, problemas para dormir, aumento lento de peso, sudoración, temblores o vómitos.

Los síntomas generalmente empiezan de 1 a 3 días después del nacimiento o pueden tardar hasta una semana en aparecer. Por esto, el bebé frecuentemente necesitará quedarse en el hospital para observación y monitoreo al menos ese tiempo, aunque puede durar meses la internación.

Tratamiento

El tratamiento depende de:

  • La droga involucrada.

  • La salud general del bebé y los puntajes de abstinencia.

  • Si el bebé nació a término o fue prematuro.

El objetivo del tratamiento es recetarle al bebé una droga similar a la que la madre consumió durante el embarazo y disminuir lentamente la dosis con el tiempo. Esto le ayuda al bebé a desacostumbrarse de la droga y aliviar algunos síntomas de la abstinencia.

Tras dos meses de estar internado, en febrero pasado Kyrie fue dado de alto y llevado a casa. “Él no tiene ningún síntoma de la NAS, y nunca dirías que incluso pasó por el proceso“, contó Rachael.

Ella ya no necesita metadona y trabaja en su sobriedad. “Yo digo ‘trabajo’ porque tenés que poner trabajo en esto todos los días. Todavía es difícil para mí no sentirme culpable, a pesar de que Kyrie está tan bien, pero estamos tratando de dejar eso atrás de nosotros y seguir adelante”, afirmó.