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¿Alguna vez se te puso la piel de gallina cuando escuchabas una canción?

Se descubrió que aquellas personas que habían logrado establecer apego emocional y físico con la música que escuchaban tenían estructuras cerebrales diferentes de los que no.

La investigación publicada en Oxford Academic demostró que las personas que experimentan regularmente esta situación tienden a tener un volumen más denso de fibras que conectan su corteza auditiva con áreas que procesan emociones, lo cual significa que logran vincularse con más facilidad.

En resumen, las personas que experimentan piel de gallina con la música poseen una capacidad de experimentar más y más fuertes emociones. Estas sensaciones están usualmente conectadas con recuerdos y canciones en particular, lo cual es muy difícil de detectar en el laboratorio.